Ficha técnica

Título: Dilo en voz alta y nos reímos todos: Manual (gamberro) de supervivencia en secundaria
Tomos: 2
Autor: Nando López
Dibujante: Albert Monteys
Editorial: Ediciones Martínez Roca
Páginas: 248
Fecha de publicación: 2016
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788427047587
Precio físico: 17,90 €
Formato: ePub, mobi
Precio eBook: 6,99 €

Sinopsis

Si esto fuera Finlandia, este libro no existiría. Porque allí los alumnos son perfectos, los profesores son perfectos, las familias son perfectas y los institutos, por supuesto, son perfectos.

Aquí, como de finlandeses tenemos poco, más que perfectos somos humanos, por eso en nuestras aulas hay alumnos distópicos, que hacen un examen de 10 en un universo paralelo y sacan un 2 en el universo real; profesores multitarea, que tan pronto ejercen de animadores socioculturales como de psicólogos, enfermeros, seguratas o traductores simultáneos; y padres que hacen compulsivamente la ESO y se preguntan cómo suspenden sus hijos tras haberse estudiado con ellos hasta la última conquista de los Catholic Kings (en bilingual, claro).

Si eres alumno y odias al tipejo del «justifica tu respuesta», o si eres profesor y no recuerdas cuándo fue la última tarde que no estuviste pegado a un rotulador rojo, o si eres padre y empiezas a dudar de que la adolescencia se termine, este es tu libro. Y si aún crees, como el autor de estas páginas, que las tizas pueden cambiar el mundo, también lo es.

Reseña

Una obra llena de humor, crítica y realidad a partes iguales.

Últimamente nos estamos acostumbrando a reseñar libros de no ficción, cuando anteriormente no había muchos. Pero este libro que traigo era una lectura pendiente desde hace bastante que ahora he encontrado un hueco para poder leerlo.

Lo que tenemos entre las manos es la visión gamberra, como dice el título del libro, que tiene un profesor como es Nando López -profesor, dramaturgo, y doctor cum laude en Filología Hispánica, casi nada- de todo lo que rodea el mundo del docente, desde la relación con los propios compañeros hasta como nos ven desde fuera. Digo ven porque, como algunos saben, yo soy profesor de Física y Química, y Ernesto es de Filosofía, ambos en el ámbito de la Enseñanza Secundaria.

«En cuanto entras en tu primera clase te das cuenta de que no sabes nada, porque la enseñanza es una de esas profesiones que solo se aprenden desde la realidad. Desde el día a día.»

Nando López disecciona con precisión quirúrgica y un humor tan irónico como satírico el mundo educativo, haciendo comparaciones de forma burlesca con lo que piensa absolutamente todo el mundo -todo aquel que no está dentro de la educación, por supuesto- que es el sistema educativo finés. Como dice el propio autor, «Si hay una profesión opinable, es la docencia», y no pierde el tiempo afilando el cuchillo.

Apoyándose en numerosos ejemplos reales -algo que nos encanta contar a todos los profesores, pero sin dar nombres y sin intención de humillar-, el autor nos regala una excelente narración, atractiva y llena de sentimiento, de risas y de sonrisas, que ha hecho que me mantenga pegado a sus páginas. Se nota que la lengua de Cervantes no tiene secretos para él y es capaz de sacar un relato lleno de fuerza sin necesidad de palabrejas ni recursos literarios sin utilidad. Belleza en el humor y la crítica, algo nuevo para mí.

La obra consta de seis partes muy asimétricas, y cada una tiene una serie de subcapítulos que las desarrollan. A modo de resumen, tenemos la primera, que se centra en los inicios; la segunda, todo lo que sucede en la sala de profesores y con los profesores, y la tercera, lo que sucede en el aula y lo que tenga que ver con los alumnos. Estas dos partes son las más grandes. Por ultimo tenemos la cuarta parte hablando sobre las actividades extraescolares; la quinta, con las visitas de los padres; y la sexta, que es la evaluación final.

«Pero lo peor de ser tutor es que, ademas de dar mucho trabajo, de no tener ni idea de cómo hacerlo, de obligarte a enfrentar a situaciones complicadas…, engancha. Otra adición extraña que forma parte de la sintomatología del docente vocacional. O, cuanto menos, del docente entregado. Habrá que hacérselo mirar.»

A diferencia de lo que pueda pasar, el libro no se centra en los típicos clichés que todo el mundo conoce, sino que se adentra desde el inicio del curso, cuando un profesor novato, de otra tierra, pone sus pies en el centro, hasta el docente que casi lleva más años de profesor que de no serlo. Es decir, hace una radiografía absolutamente maravillosa de lo que ocurre en el centro. Especialmente he disfrutado de la tipología básica de profesores y alumnos. Se nota que, en mayor o medida, todos estamos cortado por un patrón.

En relación a lo anterior, me ha llamado poderosamente la atención que el libro esté completamente escrito en tono burlón pero no deja de ser serio e, incluso, plantea una serie de cuestiones que agitarán la mente. Es decir, el lector debe ver más allá de las sátiras y los clichés que abundan en el libro -pero que son tan reales como la vida misma- para poder extraer todo lo que Nando plantea, desde mejoras del sistema, relación profesor-alumno o sobre la propia actividad docente. Huelga decir que no hay que ser profesor para poder disfrutar del libro; un alumno seguramente lo disfrute igual o más al reconocer todo lo que ha vivido y hecho.

«Si se escuchan, guardan turno de palabra y mantienen un diálogo sosegado y tranquilo, no son profesores. Y si a alguno de ellos no se le escapa al menos una vez «Vamos a callarnos», «Vamos a bajar la voz» o «Vamos a poner un poco de orden», tampoco.»

Por supuesto, puede que haya profesores que no estén de acuerdo con lo escrito, ya sea porque se han visto y no les ha gustado o, como leí en una crítica antes de comprar el libro, «es como si volviese otra vez al centro». Para gustos, los colores. Pero lo que no hay que olvidar que esta es la visión del autor, visión que yo reconozco que firmo cada palabra escrita como si fuese mía. A pesar de llevar solamente un año como profesor, me he visto tan reflejado que me ha impresionado.

Debido al pequeño tamaño del libro y que es algo que me gustaría que el lector descubriese por sí mismo, no voy a comentar más sobre la obra. Sí quiero comentar que en determinadas partes, para ilustrar lo que se dice, acompaña la narración una serie de dibujos realizados por Albert Monteys, del tipo caricatura, que complementa perfectamente. Por lo demás, impecable edición, como se espera de uno de los sellos del Grupo Planeta.

«Gonzalo de Berceo estudió en la universidad del Cogollo.

(Famosísima universidad vegana).»

Como conclusión, una lectura amena, divertida, llena de humor y de crítica, capaz de decir «verdades como puños» de una manera cómica. Una obra que puede disfrutar cualquiera, pero que yo se la recomiendo encarecidamente a profesores.

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4 respuestas

  1. He pasado de puntillas porque lo tengo muy pendiente, me alegro de que te haya gustado tanto, parece el tipo de libro con el que me reiría a carcajadas 🙂

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