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Ficha técnica
Sinopsis
…Superados los primigenios ensayos gráficos del jeroglífico y la cuneiforme, codificamos el pensamiento, y las emociones, y las vivencias, y creamos un complejo maridaje entre significantes y significados cuya indescifrable belleza ha hecho las delicias de generaciones durante siglos en eso que tan difusamente llamamos literatura.
En este atípico diccionario, el artesano de la palabra que ha demostrado ser José Luis Fernández Juan desmonta, pieza a pieza, ese complejo engranaje, este rompecabezas eterno; busca la chanza inteligente palabra a palabra, persigue la poesía silábica travestida a chiste, pero con el innegociable requisito de jugar siempre con la estructura formal del vocablo en busca de la melodía humorística de su semántica. Un fresco desafío, cuya desternillante lectura nos reconciliará, sin duda, con nuestra moneda comunicativa, la estrella indiscutible de este y todos los libros (pero de este, más que de cualquier otro libro): la palabra.
Reseña
Una de las lecturas más curiosas e interesantes que me he encontrado. No es ni nada más ni nada menos que un diccionario.
Sí. Literal. Un diccionario. Pero no uno como puede ser el famoso Collins o el VOX (no confundir con el partido político español, por favor) que tenían nuestros padres. En este, José Luis Fernández nos regala una serie de inteligentes juegos de palabras para crear una obra experimental, en la que el español se retuerce para hacernos pasar un buen rato.
Dada su condición de profesor de Lengua y Literatura, amen de sus estudios en Filología Valenciana y Filología Hispánica, y su gusto por el humor absurdo -como deja claro en su web-, ha conseguido hacer una obra en la que se juegue de una manera divertida con el lenguaje, en el que se puede ver no solo su dominio con la lengua de Cervantes, sino también su amor por ella. Hay que estar muy atentos a las palabras, ya que a veces solo con añadir o quitar una letra adquiere el conjunto un matiz impensable.
Además, el autor regala algunos easter eggs de cultura general, como por ejemplo. Se puede pasar un buen rato intentando descifrar y coleccionar todos, como si de Pokemon se tratase. ¿Podrá el lector completarlos?
Y para ilustrar esto, voy a citar unos cuantos que me ha gustado:
Si bien es una lectura novedosa y llamativa, no es una lectura que sea atractiva a todos los lectores; los más tradicionales posiblemente la rechacen. La idea del diccionario está muy bien, pero prácticamente nadie lee un diccionario por placer, de ahí que su llegada al público sea algo difícil, más allá de entendidos en el idioma, amantes de los juegos de palabras, y de ser mandado como lectura creativa en los centros de Educación Secundaria. Consideramos -ya que tanto Ernesto como yo mismo hemos debatido la obra- que quizás en un formato de diálogos o de teatro absurdo podría haber sido más atractivo para el resto de lectores. De todas formas, es una obra que cualquiera con gusto por el idioma puede disfrutar.
Como conclusión, otra obra más de este docente valenciano que, perfectamente, podría estar en las aulas de los alumnos. Una lectura diferente a lo acostumbrado, pero para nada desaprovechada.
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