Hoy traigo un manga que lleva tiempo siendo publicado en tierras japonesas (2015), la cual recibió una adaptación anime que cuenta con 2 temporadas -y una tercera en camino-, una película live action y que recientemente ha sido traído a España por parte de la Edtiorial Ivrea: «Kaguya-sama: Love Is War». Y si algo tenemos claro es que cuando Ivrea comiza a publicar una serie, es porque esa serie lo vale y tiene gran aceptación por el publico, esperemos que siga así y no pase como otras obras que son abandonadas a mitad de publicación.

Kaguya-sama wa Kokurasetai nos narra una batalla poco convencional librada por dos jóvenes estudiantes pertenecientes al consejo estudiantil. Por un lado tenemos la vicepresidenta Kaguya Shinomiya, hija de una gran empresario con una fortuna lejos de lo imaginable que, debido a su estatus, tiende a ser una persona fría que emana un aura de grandeza, lo cual hace que sea muy respetada por los demás estudiantes. Al otro lado tenemos al presidente del consejo estudiantil, Miyuki Shirogane, que aunque viene de una familia humilde y con pocos privilegios, logró escalar a lo más alto gracias a sus esfuerzos y su determinación. Ambos estudiantes tienen un único cometido: lograr que el otro se declare ante ellos, cosa que no es fácil ya que los dos tienen unos egos bastantes altos y no quieren perder “la guerra del amor”. Durante los acontecimientos del manga van surgiendo situaciones que parecen lo más simple del mundo, pero que ambos utilizan para presionar al otro a declarar sus sentimientos, entonces es un tira y afloja constante.

Junto a ellos tenemos al resto de los miembros del consejo, cuya presencia es también muy importante para el desarrollo de los acontecimientos. Tenemos a la secretaria Chika Fujiwara, una chiquilla que aunque parezca un poco corta es muy talentosa en la música y en los idiomas. El tesorero Yu Ishigami, el que es para muchos lectores el speedwagon de este manga (quien entendió la referencia, sabrá de lo que hablo) que pasó por una gran depresión provocada por una mala pécora, pero que por dentro es un gran amigo con un gran corazón. Y por último tenemos a Miko Iino, la miembro más joven y reciente en unirse, la cual tiene su propia “guerra del amor” con otro personaje, pero para saberlo tendréis que leeros el manga. Fuera del consejo también tenemos un amplio repertorio de personajes, como la asistenta de Kaguya, o los miembros de los otros clubes del instituto, pero son demasiados como para nombrarlos a todos.

Un gran punto positivo de la obra es la evolución de los personajes. Todos empiezan siendo de una forma, ya sea debido a su procedencia o a acontecimientos que sucedieron hace años, pero con el tiempo, y conforme van pasando más tiempo entre ellos y relacionándose con los demás miembros y estudiantes, van dejando atrás esas personas que eran y empiezan a convertirse en sus nuevos «yo». Eso en mi opinión le da vida a la obra, ver como no siempre es lo mismo, ya que al final sabes que acabará sucediendo, y como lo hará, por lo que se vuelve monótono y aburrido. Aquí no, aquí las situaciones que incluso se repiten -creo que hay más de una vez que se plantea el mismo problema- el resultado es totalmente distinto, ya que los personajes no piensan de la misma forma que la ultima vez que sucedió dicho problema.

Dejemos atrás la historia y pasemos al pilar más importante de los mangas, el arte. Los diseños son muy bonitos, bien dibujados y detallados. Al ser una comedia romántica, no solo basta con que los diseños sean kawaiis o tipo moe, por lo que de vez en cuando ponen caras raras, o la calidad baja drásticamente para darle ese toque gracioso que lo japoneses utilizan en sus obras. Las viñetas están llenas de efectos que dan énfasis a la acción y se juega mucho con el contraste de grises para darle diferentes significados al dibujado. Las partes más serias son coloreadas con el clásico blanco y negro, con grises para darle sombra a los dibujos, mientras que las partes más cómicas suavizan el dibujado y usan solo blanco y gris, dándole un toque más «cálido».

Sobre la edición hay que decir que es bastante buena. Ivrea ha hecho un gran trabajo con unos mangas de calidad y una traducción muy correcta, manteniendo la esencia del mensaje que se quiere transmitir. Empieza con una página a color para seguir con el clásico bicolor tradicional y son mangas contundentes, ya que cada uno español equivale a dos japoneses.

En definitiva, tenemos un manga muy recomendable, divertido y que se lee volando. Con una historia que nos entretiene e incluso nos hace pensar a veces, acompañada por personajes con los que nos podemos sentir identificados. Esperemos que Ivrea siga editando todos los tomos ya que seria una pena que esta es una de esas que quedaría bien en la estantería, con la colección completa.