La historia de España contada de una manera amena y sencilla.

La Historia no es plato de buen gusto para todo el mundo. Demasiado habitual es que los libros de texto sean bastante exasperantes para quién los lee, sobre todo con los más pequeños, haciendo que tarde o temprano le acaben cogiendo asco y que se olviden de quiénes hemos sido. O peor aún, que no tengan interés en saberlo. Una pena. Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, dijo alguna vez un sabio.

Pero con este libro eso podría cambiar. Si bien no deja de ser uno sobre la Historia de España. o mejor dicho, de sus momento más importantes y/o emocionantes, está narrado de manera que los pequeños lectores se sientan identificados. ¿Cómo Fernando García de Cortázar ha conseguido esto? Con algo muy simple: que el protagonista sea uno de ellos.

Nos encontramos con un chico que encuentra una carta dentro de un libro. Al leer descubre la más mágica de las aventuras. Marcos, el protagonista de la carta, viajará a través del tiempo para conocer de primera mano todo lo acontecido en los lugares por donde irá. Y por si fuese poco tendrá la ayuda de ilustres personajes que le explicarán todo lo que necesita saber: el emperador Adiano, el poeta Ibn Hazm de Córdoba, el poeta y soldado Jorge Manrique, el conquistador, militar y escritor Gonzalo Fernández de Oviedo, el soldado y escritor  Miguel de Cervantes, el siempre genial poeta Francisco de Quevedo, el dramaturgo Leandro Fernández de Moratin, el pintor Francisco de Goya, el político y escritor Benito Pérez Galdós, el escritor Pío Baroja, el dramaturgo y novelista Ramón del Valle-Inclán…

Estos personajes saben quién es Marcos y porqué está ahí, generalmente. Además están empapados de Historia y saben lo que ocurrió y lo que ocurrirá. Incluso interaccionan con otros personajes importantes, pero sin alterar el futuro, y mientras pasan los años y los siglos Marcos sigue teniendo sus 13 años. Lo que hacen los diferentes personajes con Marcos me recuerda mucho a lo que hacia el poeta romano Virgilio con Dante en la Divina Comedia.

Cada personaje es un reflejo fiel de los personajes en vida. Por ejemplo, Adriano es un hombre culto y estoico; Quevedo es muy satírico; a Moratín le preocupa mucho el devenir de España… Cada personaje es único, y a través de lo que cuenta y de cómo lo narra es dónde se notas sus ideas políticas, su pensamiento hacia determinadas situaciones, etc.

Y, de regalo, el ilustrador Jvlivs adorna algunas páginas con recreaciones de diferentes escenas que se dan en el relato con dibujos muy graciosos y que de seguro gustarán a los jóvenes lectores.

«Don Gonzalo me decía:

-No fue jamás un rey cortesano, un rey encerrado en su palacio. No, no. Él fue un emperador maravilloso: guerrero, diplomático, estadista…

Sí, Carlos V había sido un hombre magnífico. Fuera de lo normal. Un rey con alma de caballero andante. Un soñador que defendió como los héroes medievales ideas que ya no encajaban con su época.»