Ficha técnica

Título: Vinland Saga
Tít. original: Vinrando Saga
Tomos: 21 (esp), 24+ (jpn)
Autor: Makoto Yukimura
Dibujante: Makoto Yukimura
Editorial: Editorial Planeta Cómics
Traducción: Daruma
Páginas: 220
Fecha de publicación: 2019
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788416051816
Precio físico: 12,95 €

Sinopsis

Desafiando las rígidas leyes vikingas y a pesar de ser un gran guerrero, Thors decide huir de la cruenta vida que llevaba con su familia. Al ser descubierto, será perseguido durante su viaje marítimo por un mercenario de nombre Askeladd, cayendo finalmente en una emboscada.
Ganará la batalla contra sus atacantes, aunque a un alto precio: Thors dará su vida para que el resto de la tripulación, incluido su hijo Thorfinn, vivan. Desde aquel instante Thorfinn jura vengarse. Sin embargo, será apresado por Askeladd y obligado a enrolarse en su barco.
Pero aún le quedará una esperanza. Según el código vikingo, Thorfinn podrá retar a Askeladd si cumple con una serie de difíciles tareas. A partir de aquí, miles de aventuras le esperan.

Reseña

Muy recomendable seinen manga (cómic japonés para lectores maduros) de Makoto Yukimura. Excelente en todos sus aspectos, es una lectura total llena de matices e intuiciones poderosas, que hará las delicias de los otakus más exigentes y convencerá a aquellos que duden de la altura literaria del medio.

Siempre es peliagudo hablar de una obra todavía no finalizada, pues se corren dos riesgos: recomendar algo que quizá con el devenir del tiempo se tuerza y degrade; y abocar al lector a una obra que tal vez se prolongue excesivamente. Y, a día de escribir esto, Vinland Saga todavía no tiene visos de acabar: con sus 19 tomos actuales más dos en preparación, la historia sin embargo tiene aún mucho que dar. Pese a todo, no he podido resistirme a escoger esta serie como mi primer manga a reseñar, frente a otros títulos también de calidad y ya finalizados, por varios factores.

El primero, y por cuál pienso que muchos van a agradecer esta recomendación, es que se espera la adaptación de este título a serie animada para finales de este año, y como es bien sabido, dar el paso al audiovisual suele hacer que las obras originales lleguen a más público. Más allá de estas consideraciones de conveniencia, recomendar un manga como éste disminuye los peligros mentados al principio, pues su tremenda calidad lo hace una apuesta segura que satisfará sin duda a quienes busquen en el medio del cómic historias complejas, adultas y profundas.

Gran parte del mérito de todo esto se debe a su autor, Makoto Yukimura, un nombre que a raíz de esta obra ha cosechado mucho reconocimiento tanto en su país natal (donde ganó el prestigioso premio Kodansha en 2012 y aparece recurrentemente en la lista de títulos más vendidos) como aquí en España, donde los aficionados ya lo han elevado como uno de los autores favoritos de seinen manga, a la altura de otros grandes creadores como Inio Asano o Naoki Urasawa.

Aquellos con más memoria dentro del género, sin embargo, ya lo conocíamos por Planetes, su delicioso debut en el mundo de la historieta: un manga de 4 volúmenes que mezcla ciencia ficción, filosofía y un muy sensible y afilado estudio de la psique de sus personajes. Ya en esa primera obra Yukimura demostró ser todo un camaleón de los géneros, combinando comedia y drama, romance y acción, reflexión profunda y relato costumbrista, todo ello con un gran equilibrio y sin conflictos internos dentro de su narrativa.

Esta maestría a la hora de ofrecer relatos totales y armónicos se une a su dibujo, que sin abandonar el trazo simple tan característico del manga, cuenta con un detallismo y un uso de las tramas que lo hacen próximo al estilo típicamente europeo, y cuenta también con un dominio absoluto del arte secuencial y su narrativa: aunque muchas veces se da al exceso de usar splash pages para acentuar ciertas situaciones o gags, en general cada una de sus páginas ha sido pensada y diseñada con esmero para ofrecer una lectura fluida.

Ai Tanabe, del manga Planetes, con su traje espacial, razonando sobre la vida.
Ai Tanabe, de Planetes.

«Si vivimos solos… y morimos solos… 

¿qué razón hay para vivir entonces?»

Vinland Saga lleva todas las virtudes de Planetes a la enésima potencia. Conservando su estándar de calidad en el dibujo y el diseño, pasar de una obra de 4 tomos a una que puede extenderse bastante más le ha dado alas al autor para hacer una historia todavía más ambiciosa. Aquí, Yukimura se toma su tiempo para presentar y desarrollar a sus personajes mientras desgrana sin prisas una historia épica de descubrimiento tanto exterior como interior. El cambio de registro, de la ciencia ficción al drama histórico, a penas le ha hecho mella, demostrando así que su talento para la hibridación de estilos también se extiende a los géneros mismos que toca. Moviéndose como pez en el agua dentro de la propia urdimbre ficcional que él mismo ha diseñado, es capaz de hacer que dos viñetas literalmente adyacentes tengan contenidos diametralmente distintos y, aún así, se sientan como parte integral, orgánica, del todo que es la historia. 

Es también muy de apreciar la considerable documentación que se ha manejado a la hora de plantear la historia. Yukimura no sólo trama una historia realista (en la que, eso sí, ciertas veces se da a alguna que otra exageración con las proezas físicas de los personajes), sino que cuida al dedillo la ambientación. El medievo propuesto en el cómic es verosímil tanto en sus escenarios o los diseños de los personajes como en sus acciones o la cultura mostrada. Es más, se usan también sucesos históricos remarcables y figuras de notoria relevancia, como los reyes daneses Svend I y Canuto (Knud) II el Grande, de gran peso en ciertas partes de la trama. Incluso el propio protagonista de la historia es alguien históricamente importante: Thorfinn Karlsefni, el primer europeo en levantar un asentamiento en Vinland, lo que hoy conocemos como Norteamérica, y el primero en concebir junto a su esposa Gudrid a un niño occidental nacido en esa tierra, su hijo Snorri Thorfinnsson.

A la izquierda, imagen de Thorfinn en el manga Vinland Saga, mientras que a la derecha, se encuentra la estatua de Thorfinn, con las manos apoyadas en su hacha, en Filadelfia.
A la izquierda, un jóven Thorfinn en el manga de Vinland Saga. A la derecha, estatua de Thorfinn Karlsefni en Filadelfia (EEUU).

Esta notable y hoy día bien conocida odisea, registrada tanto en la Saga de los Groenlandeses (Saga Grœnlendinga) como en la Saga de Erik el Rojo (Eiríks saga rauða), es la base sobre la que Yukimura asienta su ficción. Sin embargo, la intención del autor no es hacer un manga historiográfico. Todo esto es el telón de fondo para un drama de corte humanista en que el autor, mediante la evolución psicológica de sus personajes y los conflictos que éstos mantienen con el entorno, con otros y, sobre todo, con ellos mismos, examina la gran cuestión sobre qué hace al hombre ser hombre, sobre qué es la condición humana y qué hacer para alcanzarla plenamente.

 

El Thorfinn de Yukimura, protagonista indiscutible de la obra, es un prototipo perfecto de héroe complejo y tridimensional: marcado con el estigma de su juventud sanguinaria, la segunda oportunidad que le brinda la vida le lleva a comprender las enseñanzas que de niño recibió de su padre, conduciéndole a un camino interior de expiación de sus pecados y búsqueda de paz mediante una vida constructiva y no violenta. Este viaje interior le abocará también al viaje exterior que es la búsqueda de una tierra virgen, no mancillada, en la que poner en práctica sus convicciones éticas.

Viñeta del manga Vinland Saga, en la que el padre de Thorfinn, Thors, le explica que no tiene enemigos.

«Tú no tienes enemigos. Nadie en el mundo es tu enemigo.  No hay nadie a quien necesites herir.»

Tanto antes (en sus etapas de infante y guerrero) como después (etapas de esclavo y marinero) de este cambio en Thorfinn, éste se ve rodeado de muchos personajes igual de interesantes. Amigos, aliados, enemigos e incluso personajes secundarios enriquecen la historia, aportando intuiciones de gran peso a la trama. Nada aquí es dejado al azar o la gratuidad: incluso apariciones breves de personajes de poca trascendencia sirven para aportar elementos que la historia y otros personajes se encargan luego de recoger y magnificar, conformando un intrincado y hermoso mosaico de influencias e ideas que se ramifican y convergen. Sin dejar nunca de entretener, con palabras y actos sencillos, Yukimura presenta de manera casi subrepticia toda una plétora de ideas filosóficas complejas, haciendo que su manga, tras su superficie de emocionante historia de aventuras, oculte una sorprendente profundidad.

Viñeta del manga Vinland Saga, en la que aparece el monje Willibald, con pelo y barba muy larga y expresión cansada.
Monje Willibald

«El amor es lo que da a las demás cosas su valor. 

Sin amor, no hay riquezas, caballos o mujeres que valgan nada en absoluto.»

Queda recomendado, pues, este manga, como ejemplo de la gran altura literaria y artística que puede dar el medio. Un título que entusiasmará tanto a los amantes de la época (y la épica) vikinga como a aquellos que busquen una historia más intimista, de maduración y superación. En lo personal, encuentro fascinante su particular estudio sobre «la verdadera fuerza de un guerrero«: la fuerza no por la imposición de la propia voluntad en otros mediante tiranía y violencia, sino la fuerza necesaria para la aceptación tanto de uno mismo como de otros, para el convencimiento pacífico y la convivencia digna.

El poder, en definitiva, para ser un hombre merecedor de tal nombre y todo lo que ello conlleva. Me resulta un mensaje brillantemente didáctico y muy adecuado para los tiempos que corren, tan poco humanos a veces. El viaje de Thorfinn es, en el fondo, el viaje de muchos de nosotros, y leerlo acaba por tocar una fibra sensible muy profunda, íntima, que ayuda a ser personas mejores y más conscientes a la vez que se disfruta de una obra notable y bellamente ilustrada.

 

Viñeta del manga Vinland Saga, en la que se puede ver a Thorfinn pensativo, sentado en unas rocas frente al mar.
Thorfinn

«Quiero ser una persona más amable, más buena.  Quiero ser… una persona más fuerte.»

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5 respuestas

    1. Muchas gracias por apreciar mis esfuerzos, siempre es halagador y ayuda a seguir al pie del cañón. Me alegra que el título te haya interesado, a ver si efectivamente se produce ese cruce con alguna obra de Yukimura, ya sea en manga o en anime (Planetes también fue adaptada a serie): desde luego es un autor que marca y al que uno se aficiona rápido. ¡Otro beso para ti!

    1. Compartimos esa afición por el autor, pues. Yukimura es todo un narrador, siempre interesante e inteligente. Me alegra mucho que te haya gustado la reseña, planeo hacer más sobre mangas y otros formatos de comic, espero que en alguno de ellos vuelva a acertar.

  1. Ambas obras de Yukimura son merecedoras de semejante buen artículo. Gracias.
    Y concuerdo en que lo mejor de la obra en cuestión es el desarrollo del protagonista.

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