Una interesante obra que, bajo un trazado lleno de color, se oculta una metáfora que dará que pensar.

Hacía tiempo que no reseñaba un cómic, así que me he encontrado algo oxidado. Espero hacerlo de la mejor manera posible.

Lo que os traigo hoy es una interesante historia-metáfora de la humanidad. Está basado, como bien aparece en el final, en la teoría paracientífica de la colorogia: estudio de la personalidad el individuo a través del color del aura. Fue una teoría bastante famosa en la década de los 60s y de la cual a día de hoy aún nos llegan remanentes.

El cómic narra las aventuras de niños especiales que se clasifican por el color de sus auras, y en función de esas tendrán unas habilidades: telekinesis, pirokinesis, capacidad diplomática, telepatía, sinestesia y empatía, cognición, etc. Existen diversos rangos, como los índigo, los cristal, los arcoíris, los diamantes… cada uno intentando enmendar los errores del anterior.

La historia tiene dos escenarios, 1978 y en la actualidad. En 1978 aparecen los niños índigos, los encargados de cambiar el mundo y solucionar los errores pasados, para ello enfrentándose a monstruos que quieren acabar con ellos. En la actualidad, Lucas es un adolescente apático de grandes capacidades pero con problemas con su alrededor, obsesionado con monstruos que aparecen en sus pesadillas. Pero, por desgracia, las pesadillas se hacen realidad y Lucas junto con Aria y demás personajes tendrán la difícil tarea de acabar con los monstruos y así poder hacer del mundo un lugar mejor.

Para ello deberá contar con ayuda de los niños índigos, quienes le explicarán quién es, el porqué de todo y cuál es su lugar en el mundo.

En la historia hallamos una metáfora sumamente interesante: el enfrentamiento entre el cambio y la inmutabilidad. Los antagonistas, representados como grotestos monstuos, son la falta de movimiento de la humanidad, el no hacer nada por cambiar y mejorar, el permanecer estancados en lo que somos, con nuestra corrupción, nuestras penurias y vilezas. Por contra, los niños especiales son las diversas generaciones que buscan mejorar a la humanidad, que buscan cambiar el mundo y hacerlo un lugar mejor para todos.

Quizás un niño no acabe de entender el cómic, pero un adolescente sí que podrá sacar de sus páginas más de una reflexión y, sobre todo, si prefiere pertenecer al bando de los que no quieren que nada cambie o de los que utilizan el cambio como vehículo a un futuro mejor. ¡Como me encantan las obras que hacen pensar y que no te lo esperas al inicio!

En cuanto al trazado, me recuerda ligeramente -no sabría decir la razón- a la serie Steven Universe, cuando claramente no se parece mucho. Quizás sea por las situaciones y las expresiones de los personajes, pero me ha venido a la mente. Por otra parte, es un estilo bastante juvenil, con mucho detalle, colorido y luz, muy reconocible y, sobre todo, conocido para la juventud debido a que es un estilo que puede verse en series animadas en la actualidad.

Sobre el guión, la verdad es que se me ha pasado en un suspiro. Cogí el cómic y lo acabé sin percatarme, enganchado por saber qué iba a pasar, manteniendo la atmósfera de tensión y siendo capaz de dar varios giros de guión para disfrute del lector, aunque hay que reconocer que el final era previsible. Si le tengo que poner una sola pega es que me ha parecido corto, me he quedado con ganas de mas y el final, la resolución de todo, en mi humilde opinión podría haberse alargado más.

Como conclusión, no la definiría como un obra puramente juvenil, sino que a partid de la adolescencia es cuando verdaderamente van a poder comprender todo lo que supone esta obra. Simplemente recomendada a los amantes del mundo de la viñeta; honestamente pienso que van a disfrutar.