Ficha técnica

Título: El Guerrero a la Sombra del Cerezo
Autor: David B. Gil
Editorial: SUMA
Páginas: 736
Fecha de publicación: 2017
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788491291305
Precio físico: 18,90 €
Formato: mobi
Precio eBook: 1,89 €

Sinopsis

Japón, finales del siglo XVI. El país deja atrás la Era de los Estados en Guerra y se adentra en un titubeante periodo de paz. Entre las víctimas del largo conflicto se halla Seizo Ikeda, único superviviente del clan regente de la provincia de Izumo, huérfano a los nueve años tras el exterminio de su casa. Hostigado por los asesinos de su familia y condenado al destierro y al olvido, inicia un largo peregrinaje al amparo de Kenzaburo Arima, último samurái con vida del ejército de su padre, convertido ahora en su mentor.

En el otro extremo del país, Ekei Inafune, un médico repudiado por aplicar las artes aprendidas entre los bárbaros llegados de Occidente, se ve implicado en una conjura urdida a la sombra de los clanes más poderosos del país. Una conspiración capaz de acabar con el frágil periodo de calma que da comienzo.

Una novela cruda y bella, cargada de matices, que nos hace viajar a través de un Japón devastado por más de dos siglos de guerra, entre cuyas cenizas, sin embargo, florecen los más hermosos cerezos.

Reseña

¿Qué se puede esperar de una novela finalista del Premio Lara de Planeta con samuráis de por medio? Que sea buena y llame la atención. Pero la realidad supera las expectativas.


Principios del siglo XVII. Este es el marco temporal de esta novela que presenta principalmente dos historias. Una de ellas empieza como terminaban muchos días en el lejano Japón feudal: con una guerra civil. Seizo, hijo del señor del clan Ikeda, y Kenzaburô, general y el mejor guerrero de la zona, escapan de la contienda por orden del daimio -señor- de Izuma, conociendo este el resultado de la batalla. Desde ese momento, toda la historia de Seizô tiene una meta: la venganza contra los que traicionaron la casa Ikeda. Y para ello Kenzaburo lo entrenará en todas las artes de la guerra que él conoce, complementadas con otras enseñanzas que se alejan o chocan con el bushidô –código samurái-. Las aventuras del samurái le llevarán a recorrerse Japón hasta cumplir con su cometido. Pero no todo es pelea, entrenamientos y férrea disciplina. También hay momentos de historia distendida, relajada, de aventuras que las podría correr cualquier persona y no solo aquellos que siguen la senda del guerrero.

Por otra parte está la historia de Ekei Inafume, un médico poco ortodoxo. Este médico se gana la vida recorriendo la geografía japonesa como tantos otros, pero su medicina tiene una particularidad: incluye remedios y técnicas aprendidas de los “extranjeros”, concretamente, de los  monjes portugueses que se asentaban en Funai. Pero la tranquila vida de Ekei pronto se verá truncada al estar envuelto en una misión en la que el más leve tropiezo significaría la muerte. Y es esa misión la que ocupará una gran parte de la historia de este curioso personaje.

Es muy obvio pensar que cada historia irá por caminos diferentes.  Mientras que para Seizô pasarán los años entre la espera y el entrenamiento, para Ekei el tempo de la historia es distinto.  Una cosa me ha llamado la atención en las historias de los personajes, y es que la acción importante o influyente para el desarrollo de la novela transcurre muchísimas veces entre parejas de personajes: Seizô y Kenzaburô, Seizô y su otro maestro, Ekei y Asaemon Hikura, Ekei y la médico del clan Yamada, Ekei y el señor del clan Yamada… Y el lector de estas palabras puede pensar ¿Y la pareja Seizô e Ikei? Todo llegará en su momento, pero también está. Estas parejas se van alternando en el relato, pero hay otras cuyos componentes no están aquí puestos.

Para entender la relación entre Seizô y Ekei antes de que el autor la revele, es primordial estar atento a todos los acontecimientos históricos que ocurren en la novela, resumidos en el contexto histórico del inicio de la novela. El autor juega con el lector curioso durante toda la narración, suministrando datos que no influyen en la acción del momento, pero que si se intentan explicar no es posible hallar respuesta ya que el autor los mantiene bien escondidos, desvelándolos en el momento preciso. Como he dicho muchas veces, soy del tipo de lector que intenta razonar qué pasará en el siguiente momento montando las pistas que los autores van dando. Pues bien, en este caso me ha sido prácticamente imposible adelantarme al autor. He llegando a tener una charla con el autor  en la cual intentaba averiguar los sucesos posteriores y creo que de todo lo que le dije acerté en una cosa. Y en esto ha tenido mucho que ver el tipo de narrador.

Si algo hay que tener presente al leer esta novela es el narrador. A palabras del autor «El (narrador) que yo suelo emplear es el narrador «en primera persona encubierto en tercera»«. Esto es, la historia transcurre desde el punto de vista del protagonista, y por lo tanto, la escena puede cambiar drásticamente en la siguiente frase. Me explico con un ejemplo inventado. Si el protagonista oye un ruido en un arbusto y este cree que es un asesino, la escena avanza como si existiese dicho asesino, por lo que el protagonista se prepara para atacar. Pero cuando abre el arbusto, no es un asesino lo que encuentra, sino un conejo y, por lo tanto, la historia se desarrolla por otro lado, quizás con una carcajada en vez de con una espada teñida de sangre.

¿Por qué comento esto? Porque a mi me cogió de sorpresa varias veces en bastantes situaciones, y tarde bastante en comprenderlas -menos una, que tuvo que ayudarme el propio autor porque no la «veía»-.

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«A lo largo de su vida siempre había creído que era mejor ser temido , o incluso odiado, que compadecido. «Aprende a vivir la vida que te ha tocado y no ambiciones otra», recordó las viejas enseñanzas.»

Dejando a un lado la trama. David ha hecho un trabajo de investigación gigantesco para escribir esta novela, la cual le ha tomado más de tres años. Los conocimientos expuestos no solo son sobre el mundo de la espada, de los samuráis y demás, conocimientos que pueden encontrarse en multitud de novelas de este tipo. David teletransporta al lector hasta el Japón feudal. Explicará las distribución de pueblos y ciudades, las asentamientos que ahora se llaman de otra manera, las costumbres de la sociedad, las leyes, las estrategias, los estamentos, los utensilios, la religión, los juegos, el proceso de crear una guerra y el de crear asesinos, los remedios japoneses… Todo ello puede estar explicado dentro de la propia historia o en unas pequeñas notas redirigidas al final del libro, en las cuales también habrá palabras o expresiones.

El autor no se conforma con explicar qué es cada cosa. Le da una importancia, le da un protagonismo en la historia. Y el caso más claro de esto son el daishô y el juego del go.

Los personajes. Aquí hay de todo, de todos los pensamientos y convicciones posibles. Son personajes bien definidos, a los cuales se les puede sacar un perfil más o menos claro, salvo en contadas ocasiones. La evolución de los personajes no es pronunciada; no evoluciona su caracter, si no su aversión hacia alguno de los protagonistas. Solo Seizô presenta una evolución de carácter propiamente dicha, ya que empieza la historia siendo un niño de nueve años. Los personajes, personalmente, me han gustado mucho debido a lo dicho anteriormente, que cada uno es de una manera. Sí comentar que hay un par de personajes que para mí son bastantes repelentes y los he odiado muchísimo, y con otros en cambio he reído, he sentido su dolor o sus inquietudes.

El tener tantos personajes distintos permite que el lector pueda elegir su favorito. Y yo, personalmente, me quedo con Asaemon Hikura.

Si el trabajo que hizo el autor para poder mostrarnos cómo son el pensamiento, las costumbres y las reglas de Japón en esta época fue grande, no menos es el trabajo descriptivo. David evocará en la mente del lector preciosos escenarios que describirá de forma magistral. Como dije antes, teletransportará al lector al Japón feudal en todos los sentidos. El vocabulario usado en la narración, si obviamos los términos nipones, no es básico, pero tampoco es infinitamente complejo. Una ventaja que tiene el Kindle es que se puede instalar un diccionario y palabra que no se entienda puede es definida simplemente con pulsar sobre ella. Cuando el libro salga en papel será un poco más difícil.

La forma de narrar está bellamente realizada, sin grandes florituras pero no siendo totalmente pragmática. Un equilibrio perfecto que hace que la lectura sea mucho más amena. De la misma manera, la capacidad del autor para retener al lector entre las páginas de su obra, ya sea dando gigantescos cambios de argumento o manteniendo la intriga y el misterio, es digna de mención, de elogio y aplauso.

Comentar que una de los temas de la novela es la venganza tiene poco sentido. Pero no solo se puede encontrar eso en las páginas, sino que también está presente la lucha interna entre el deber y lo que se quiere hacer, el respeto, el sacrificio, la ética. Incluso hay un momento en el cual el bushidô y el arte del ninjutsu se enfrentan, pero no de forma directa, sino por el camino de sus enseñanzas. Es bástante interesante cómo ve cada guerrero la senda del otro.

A pesar de esto, también hay tiempo para escenas graciosas, alegres, incluso sentimentales. Hay escondida una pequeña historia de amor que evoluciona según lo que piense e imagine el lector.

Después de todo lo que he dicho, ¿qué pegas le podría poner? Pues una de ellas es que quizás el lector se pierda un poco en algunos momentos de la narración, ya que parecerá que no cuadran ni las situaciones ni las fechas. Repito lo dicho arriba: estad atentos a todos los acontecimientos históricos que se mencionan en la novela. Otra pega es una tontería mía, pero que no puedo dejar de decirlo. Después del despliegue de conocimientos y de información sobre el Japón feudal, que los nombres estén occidentalizados -nombre apellido, cuando en Japón y China es apellido (familia o clan) nombre- la verdad que me ha dejado un pequeño pequeñísimo regusto amargo. Pero como he dicho, esto es una tontería mía.

Y creo que esto es todo. Si se busca un libro de acción de aventuras y de temática japonesa, recomiendo esta novela. Pero si además se quiere aprender sobre esta interesante época, donde todo se resolvía con la guerra o el seppuku, la recomiendo de forma ferviente. Todo lo que hay expuesto en ella más la forma de narrar han hecho que se haya convertido en una de mis novelas favoritas. Y para enfatizar esto, decir que he conseguido leerla en un móvil de cuatro pulgadas y su esfuerzo ha merecido la pena.

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2 respuestas

    1. ¡Hola!

      Pues si te soy sincero, no recuerdo como di con ella. Pero la compré y la verdad es que ha merecido hasta el último centimo. Es más, le tengo dicho al autor que cuando salga en papel que me guarde un ejemplar, que se lo compro.

      Y muchísimas gracias por tus palabras. Soy feliz con que te haya hecho que tengas ganas de leerla.

      ¡Un beso!

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